La sociedad la componen decenas de miles de socios, pero tienen derecho a voto muy pocos, con lo que es fácil tener todo controlado. Se mueve muchísimo dinero, así que la sombra de la corrupción aparece como en otros sectores; y luego está el problema (tal vez el más grave) de que sean los mismos quienes lo manejen todo desde hace tanto tiempo. Y qué decir de cuando viene (por ejemplo) Víctor Manuel a Rodiezmo y da un concierto multitudinario que no paga derechos de autor… Eso sí, si una ONG o un grupo de estudiantes quiere representar una obra de Lorca, rápidamente tendrá a la SGAE detrás. Y tampoco es raro que envíe a alguien a 'espiar' (o grabar) qué canciones toca la orquesta en un banquete de boda.
Eduardo Gómez, ex representante de la SGAE en León en El Mundo.
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