Álex 'el vago'

24 agosto 2006
Perlitas de Álex Ubago en una gira por México:

"Los jóvenes se están acostumbrando a consumir música gratis y probablemente bajen cosas que ni escuchan"

Eso, queridito Álex, es sinónimo de inteligencia. Cuando alguien puede obtener algo a través de un medio más barato y cómodo se suele dar la circunstancia de que lo usa en detrimento de otros medios. Que cosa más rara, verdad...


"El consumo pasa a ser desaforado y eso hace que se pierda el valor que tiene comprarte un disco"

Curioso. No pierde valor la música, el contenido, si no la acción de comprarte un disco. Esto suena a run-run demasiado escuchado. Por supuesto que ésa acción ha perdido todo valor; se llama progreso.


"El problema es que mientras haya portales en dónde la música se pueda bajar gratis, es muy difícil competir contra eso"

La verdad es que, a no ser que este muchacho sea propietario de una discográfica o tenga acciones en ellas, no se entiende a qué viene tanto interés por el valor de los discos y la pérdida de competitividad del negocio musical tradional. ¿No será que no está muy seguro de su calidad musical? Álex de mi corazón, si cuanta más gente te escuche mejor para ti. Tú a lo tuyo, a componer y a cantar, y si quieres preocuparte por algo más, preocúpate de que los negocios los hagan otros más competentes que los que los hacen (rematadamente mal) ahora.


"Por eso pedimos que la ley en ese sentido regule un poco Internet"

¿"Pedimos"? ¿Quien? ¿Beneficio de unos cuantos en perjuicio de toda la sociedad? Anda y tira a trabajar. ¿No lo entiendes? No hay regulación posible. Tiene que haber readaptación del negocio. Los tiempos han cambiado y no se puede seguir anclado en el pasado.

Así que, venga, no me seas vago y a currar como todo hijo de vecino.



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Suidad ) S (

16 agosto 2006
Realmente interesante:
El concepto es el siguiente: cuando decimos "mi hijo", sabemos que no es "mío", pese a que lo he creado, y he invertido en él mucho esfuerzo y recursos (¡todo el que es padre sabe de qué hablo!). Existe, como bien observó el filósofo español Xavier Zubiri, una situación llamada "Suidad". Ese hijo, aunque lo llame "mío", es "suyo". Es miembro de una sociedad.

Con las obras intelectuales ocurre lo mismo. Todas las obras pertenecen a una "sociedad" llamada Cultura. Todas las obras tienen un "padre" (Autor), pero no por ello deben ser propiedad, y otorgar a su autor unos derechos que en muchos casos son totalmente destructivos (como el no distribuir una obra, y no permitir que otros lo hagan, lo que hace que la obra desaparezca). De el mismo modo no podemos convertir a "mi suegra" o "mi vecino" en propiedad, pues de ese modo podríamos disponer de ellos como nos placiese (por interesante aunque bárbara que resulte la idea). No obstante, el hecho de que las obras se considerasen Suidad en vez de Propiedad no elimina la posibilidad de comercializarlas. Lo único que desaparece es la exclusiva, la restricción, el monopolio. Pero recordemos que el autor SIEMPRE tiene unas ventajas insuperables sobre cualquier otro que quiera "aprovecharse" de "su" obra: es el que la crea, es el primero que la puede hacer llegar al mercado, y es el primero a quien se va a acudir en caso de segundas partes, adaptaciones, manuales, clases, conferencias, interpretaciones, etc. Y si es una obra "por encargo", más fácil todavía: en vez de cobrar por la especulación que de la obra se haga en el mercado, que cobre por anticipado, y que corra con los riesgos del mercado quién se quiera dedicar a ello.

Jorge Cortell en Linux Preview. No te pierdas la entrevista completa.