Suidad ) S (

16 agosto 2006
Realmente interesante:
El concepto es el siguiente: cuando decimos "mi hijo", sabemos que no es "mío", pese a que lo he creado, y he invertido en él mucho esfuerzo y recursos (¡todo el que es padre sabe de qué hablo!). Existe, como bien observó el filósofo español Xavier Zubiri, una situación llamada "Suidad". Ese hijo, aunque lo llame "mío", es "suyo". Es miembro de una sociedad.

Con las obras intelectuales ocurre lo mismo. Todas las obras pertenecen a una "sociedad" llamada Cultura. Todas las obras tienen un "padre" (Autor), pero no por ello deben ser propiedad, y otorgar a su autor unos derechos que en muchos casos son totalmente destructivos (como el no distribuir una obra, y no permitir que otros lo hagan, lo que hace que la obra desaparezca). De el mismo modo no podemos convertir a "mi suegra" o "mi vecino" en propiedad, pues de ese modo podríamos disponer de ellos como nos placiese (por interesante aunque bárbara que resulte la idea). No obstante, el hecho de que las obras se considerasen Suidad en vez de Propiedad no elimina la posibilidad de comercializarlas. Lo único que desaparece es la exclusiva, la restricción, el monopolio. Pero recordemos que el autor SIEMPRE tiene unas ventajas insuperables sobre cualquier otro que quiera "aprovecharse" de "su" obra: es el que la crea, es el primero que la puede hacer llegar al mercado, y es el primero a quien se va a acudir en caso de segundas partes, adaptaciones, manuales, clases, conferencias, interpretaciones, etc. Y si es una obra "por encargo", más fácil todavía: en vez de cobrar por la especulación que de la obra se haga en el mercado, que cobre por anticipado, y que corra con los riesgos del mercado quién se quiera dedicar a ello.

Jorge Cortell en Linux Preview. No te pierdas la entrevista completa.


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