"Oye, cariño, ¿has visto el telediario? Dicen que han detenido a no se cuantos usuarios del eMule por bajarse canciones de Internet. El eMule ese ¿no es lo que usa nuestro hijo? Los he oído hablar muchas veces que si la música se la descargan del eMule ¿tú no los has escuchado?
Pues en cuanto llegue a casa le vamos a obligar a que lo quite, que yo no quiero problemas con la policía."
Situación ideal buscada por una industria que se resiste a abandonar su caduco modelo de negocio y por los que nunca tienen suficiente.
Sería un 'que viene el coco' que contaría con el auspicio del gobierno y de las fuerzas del orden, a las cuales han convertido en meros siervos del dinero y la falacia.
El resto, más de lo mismo. La nota de prensa de la policía, de una mala y sensacionalista redacción, dio el pistoletazo de salida para que a telediarios, periódicos, radios y demás medios, se les llenara la boca con desinformaciones en beneficio de los de siempre y haciendo gala de una pésima ética periodística.
Mientras, los jueces ponen en la calle a los que no estaban comentiendo ningún delito (lo contrario sería tan ridículo como tener que perseguir la actividad de los motores de búsqueda) y los usuarios se preparan para seguir haciendo aquello que la tecnología les permite hacer y que desean seguir haciendo: intercambiar contenidos. Aunque tumben portales de e-links, siempre habrá más, y seguirá habiendo también aplicaciones P2P, y programas de mensajería instantánea, y mensajes de e-mail, y seguiremos utilizándolos siempre que nos dé la gana para intercambiarnos lo que nos dé la gana. Aunque tal y como están las cosas, no sería extraño que empezasen a entrar en los domicilios de los ciudadanos previa patada en la puerta. Después de todo, es lo que se espera de un estado policial.
Como dice Enrique Dans, autor del párrafo anterior, "cada vez que consumas un producto de esa industria, acuérdate de lo que estás financiando."
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