Ahora que la Compañía RCA-BMG Ariola me ha dado la carta de libertad, aquí en mi casa, escuchando el “Plastic Ono Band” de John Lennon, escribo este pequeño manifiesto para sacarlo de mi cabeza, esta Canción de Redención que, como decía Bob Marley, es todo lo que tengo, mientras mi corazoncito hierva, como cantaba Camarón….
¿Qué puede hacer una persona que piensa diferente, que cree en la diferencia como fuente de libertad y riqueza en estos tiempos en los que pensar en público en contra de la idea establecida es casi prohibitivo y contraproducente? Domina un pensamiento único: el dinero, el poder. Y no es eso lo que me hizo abrazar esta profesión de músico y autor, ya lo veis por mis maestros. ¿Qué voy a hacer? : Lo que siempre hice, luchar, ser paciente, disfrutar de los pequeños logros que son la sal de la vida; y aprovechar la libertad de Internet mientras nos la dejen. Tengo una ventaja, que llevo mucho andado y cuento con la complicidad de mucha gente que no se avergüenza de ser minoría, y eso no es fácil de destruir.
Muchos de vosotros me conocéis desde el “Cantecito”, pero el Lobo López llevaba ya tiempo dando sus pataitas. Mi primer grito fue con “Veneno”, 1977, junto a Raimundo y Rafael Amador. Me gustaban los conjuntos, esa asociación juvenil por la música y la liberación que marcó mi generación… y las que vinieron después. Si soy políticamente incorrecto ahora, imaginaos cuando tenía 25 años. Me decían que me adelantaba a mi época. Claro, el negocio lo hicieron más tarde. CBS vendió más de 300.000 copias de “Veneno” a precio reducido: según el contrato, no sólo no tenían que pagarme royalties, es que no tenían ni que comunicarme la cifra de ventas.
Hasta 1993 no pude vivir de la música. Había firmado con BMG, y la gira “Juan Perro y Kiko Veneno vienen dando el cante”, con aquel maravilloso cartel de Max, relanzó mi trabajo. Por supuesto, la gira la ideamos y organizamos nosotros, el crédito de Santiago Auserón fue mi gran aval. ¿Alguien recuerda alguna publicidad, promoción o algo parecido? Simplemente no existió.
Pero yo era feliz, por fin mi sueño se estaba realizando, me dieron disco de oro y firmé ampliación de contrato por 5 discos más. ¡Qué ingenuidad la mía! Había firmado la esclavitud, en la Compañía no me apoyaban ni creían en mí, sólo querían tenerme bien atado. Ya el disco del “Cariño” no les gustó tanto, no era tan bueno como el anterior, ya vieron que yo me mantenía en mi línea, que me interesaba más el arte que la publicidad, que conmigo no podían, y así no se fabrica un superventas. Nunca me hicieron promoción, jamás una canción mía sonó en “Los Cuarenta”. Se negaron a publicar mis discos fuera de España, ni Francia, ni Argentina, ni Alemania… ni Portugal, con lo que cortaron de raíz mi derecho a difundir mi música en otras latitudes El video-clip de “Menfis Blues” se hizo, a regañadientes, y con un presupuesto mínimo. No cobró nadie. Y eso que Santiago Segura, el director, empezaba a despuntar en Madrid.
Cuando me fui a Tarifa a grabar “Punta Paloma”, ya llevaba la puntilla dada. Se veía todo claro. Yo respondí con mi disco más experimental. Pero me cortaron el suministro: el disco se quedó sin terminar, no me dejaron darle la segunda mano a las voces, ni ir a Londres a mezclar con Joe Dworniak. Hoy escucho este disco con emoción y con mala leche. Esos sonidos guitarreros, esos ambientes, ¿para quién son? Antes de publicarlo, la Compañía ya había tirado el disco a la basura. No es que no lo defendieran, es que se molestaron personalmente en hablar mal del disco y de mí.
Lo que me quedaba era el calvario, cumplir el contrato. Ni siquiera me dejaron hacer un disco en directo. Así nació “Puro Veneno”, en directo y en el estudio, o sea, sin la fuerza del directo y sin el presupuesto del estudio. Yo no podía decepcionar a mi público, pero ¿con qué ilusión puede uno hacer canciones para que se las tiren a la basura? “La Familia Pollo” ha sido el último trago.
Bueno, por fin he llegado al final, espero no haberme puesto demasiado dramático. “Un ratito de gloria” es, según ellos, lo que he tenido en la música española (mientras me lo han consentido). Un ratito de liberación es lo que quiero compartir con vosotros, no puede ser que el negocio de la música esté todo en manos de quienes no la aman ni la respetan. Os lo digo para que aprendáis de mi experiencia, necesitamos libertad. Sé que hay gente valiosa todavía, pero las van arrinconando. Sé que hay Compañías independientes, pero las van devorando. No puede ser que sólo interesen los grandes pelotazos, que a todos nos tenga que gustar lo mismo. No se respeta suficientemente el derecho de las minorías a expresarse y a elegir la música que les dé la gana. Radio3 sola no puede hacer democracia. Hay demasiados artistas dependiendo de los caprichos de unos cuantos funcionarios. Necesitamos toda esa fuerza, esa creatividad que nos están mutilando... ¡Ojú!
Bueno, por lo menos he podido llegar hasta aquí. He sentido la liberación en mis carnes y quiero seguir disfrutando de la música. No me lloverán las ofertas, y menos después de este manifiesto, pero ¡y lo agustito que uno se queda! Procuraré en adelante medir bien los pasos, entregar mi música a quien crea en ella y la defienda. Lo importante es disfrutar, comunicar, y sobre todo, ser libre. Como decían los dibujos animados, esto es todo por hoy, amigos. Salud y hasta pronto.
Kiko Veneno
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Salud, Kiko, eres grande como ninguno y te apreciamos lo que no está escrito.
En próximas entradas intentaré colgar algunas cosas interesantes de nuestro Kiko, para que veáis con quién se jugaba las pesetas (los euros de ahora, que lo mismo da) nuestro amigo Kiko.
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