Jamón, jamón...

16 diciembre 2005
El Congreso de los Diputados nunca había tenido más periodistas parlamentarios que con el reparto de paletillas de recebo, queso, lomo y rioja.

La cesta de Navidad encargada por el presidente Manuel Marín (PSOE) y escogida por la vicepresidenta Carmen Chacón (PSOE) y la diputada Isaura Navarro (IU) ha hecho saltar chispas y acreditaciones.
Sólo un periodista ha devuelto la cesta porque la considera un regalo exagerado. Un sólo hombre honorable y austero en la profesión (un iluso, dicen otros).
Entre periodistas y políticos, grandes devoradores de canapés, una paletilla no se deja pasar así como así.

Marín quería un mismo regalo para todos: diputados, funcionarios de la Cámara, personal laboral y periodistas. Resultado: más de un millar de cestas.

Para rebajar un poco la factura se inclinó por enviar la cesta a los informadores con acreditación permanente --unos 60-- y a quienes con más frecuencia acuden a cubrir plenos y otras actividades parlamentarias: otro medio centenar.

La selección ha disgustado a muchos. Entre los agraciados con las cestas está gente de mucho nombre y poco Congreso, de ésos que un día eran cronistas parlamentarios y hoy tertulianos, y les quedó la acreditación pegada. Los perjudicados: reporteros de base que patean pasillo y espera entre pleno y pleno.

Los funcionarios están encantados, porque es la primera vez que reciben el mismo aguinaldo que los diputados. Igualdad obliga. Sus señorías también, ya se sabe que un buen parlamentario no hace ascos a nada (eso que algunos se quejaron en el pasado de tanto marco de foto, abrecartas y pamplinas por el estilo).

Donde esté buena manduca, que se quiten finuras. Al jamón, el lomo, el queso y el vinazo no le hacen feos ni los nacionalistas acérrimos (ni siquiera los integristas del cava).

¿Y la factura? Buenas viandas, El Corte Inglés, envío a domicilio.
Austeridad presupuestaria.


Periodistas 21

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