Lo fundamental tanto de la ley francesa como de la futura ley española que revisa la propiedad intelectual es que consolidan varias tendencias peligrosísimas:
- Una, la importancia de los 'lobbies' en la política moderna. Un pequeño pero poderoso grupo, ligado a los productores de contenidos, puede imponer su voluntad.
- Dos, la tendencia de los gobernantes a legislar en contra de los intereses del colectivo que les ha elegido.
- Tres: el condicionamiento radical de las decisiones al mantenimiento de un modelo de negocio caduco. Resulta absurdo pretender que los ciudadanos no utilicen los medios que la tecnología pone a su disposición. Como dice un proverbio holandés, 'no puede impedirse el viento, pero pueden construirse molinos'.
La situación actual, con un acceso casi ubicuo a la cultura, es una bendición. Sólo requiere de creatividad para desarrollar nuevos modelos de negocio. Que llegue el legislativo y pretenda mantener los pasados es una muestra de desconocimiento, falta de imaginación o, peor, de oscuros intereses.
Enrique Dans en "Negocio y autores, otra delgada línea roja", artículo de Juan Francisco Alonso en ABC
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