Atención a la noticia en Clarin.com:Los editores católicos están escandalizados y lo califican de "increíble", pero las cumbres del Vaticano han decidido seguir adelante. De ahora en adelante, el que quiera difundir el magisterio del Papa y los documentos de los dicasterios vaticanos, tendrán que pagar un copyright por los derechos de autor. El famoso escritor católico Vittorio Messori, que escribió libros con el actual pontífice y Juan Pablo II que vendieron millones de copias calificó la decisión de "desastrosa como operación de imagen".
Si la iglesia católica anda justa de fieles, con estas medidas los van aumentar. Estos viven en su paraíso (dios es su jefe) particular y del mundo terrenal sólo pillan lo peor.
Consuela imaginar que, por lo menos, estos ingresos por derechos de autor irían a parar a tantos y tantos necesitados que hay en el mundo ¿O no?
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